lunes, 29 de noviembre de 2010

LA EUCARISTÍA, MISTERIO DE FE EN NUESTRA RELACIÓN CON DIOS

P.Angel Yván Rodríguez Pineda


Creemos en la presencia real de Cristo en la Eucaristía y creemos que el mismo Señor está también presente en la comunidad cristiana. Nosotros creemos que Cristo está presente, escondido en las especies del pan y el vino. Cristo está presente ahí para nosotros. Cristo está presente ahí para nosotros. Cristo está presente ahí como maestro y educador que nos enseña a creer, a esperar, a amar. No sólo nos enseña, nos adiestra, sino que nos capacita a cree, amar y esperar. Nos enseña a creer en las virtudes teologales que son caminos que nos llevan a Dios, que nos hacen posible su posesión.

La Eucaristía es el misterio de fe de nuestra relación con Dios. A Dios llegaremos por la fe en Cristo Jesús. Hay que desechar la indiferencia, la incertidumbre y la duda. Hay que resolverse, y resolverse por Cristo. Ante Cristo hay que aceptarlo o rechazarlo. Cuando en Cafarnaúm el hizo el anuncio eucarístico, cuando a los que le seguían les habló sobre la necesidad de comer su Cuerpo, de beber su Sangre, muchos lo abandonaron. “ ¿Acaso queréis marcharos también vosotros? (Jn.6.58).

La fe en la presencia real de Señor en la Eucaristía nos lleva a adorarlo, a venerarlo, a recibirlo. En la Eucaristía nuestra fe se exterioriza en la adoración a nuestro Redentor que “se humilló”, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, (Fil.2,8). Nuestra adoración quiere y debe ser una respuesta de amor “ a aquel Señor inmolado que llega hasta la muerte en la cruz”. Este culto de adoración no sólo nos compromete personalmente, sino también comunitariamente. A cada uno le exige la entrega personal que se realiza en la unión intima con el Cuerpo místico. Nuestra fe nos lleva a adorar a Cristo exaltado. Lo adoramos en silencio, sí, pero también clamorosamente.

En esta fiesta del Corpus Christi, en esta fiesta de fe, queremos tributar a Cristo, presente, oculto en el sacramento, el honor que le es debido. A Cristo, “la bendición, y el honor, la gloria, y el poder por siempre”. (Ap. 5,13). Queremos adorar al divino Sacramento “en espíritu y verdad” (Jn. 4,23).


La Eucaristía hace a la comunidad verdadera comunidad de fe, de esperanza. La Eucaristía es el centro vivo de la comunidad cristiana. La Eucaristía es comida, bebida, sacrificio, presencia continua del misterio de salvación, muerte y resurrección. La Eucaristía es misterio. Por ser misterio exige la fe. Es también prenda segura de la eterna gloria. Por eso exige la esperanza firme. La Eucaristía debe ser, personal, comunitariamente, “ el manantial de agua que manará hasta la vida eterna”- ( Jn.4,14). Cristo en la Eucaristía, nos fortalece la fe, la esperanza porque estará con nosotros hasta la consumación de los siglos. La Eucaristía nos anuncia constantemente la vuelta de Cristo como Señor, que dará a la historia todo su significado. Él es el dueño, Señor. Él da sentido a vida, a la muerte. Todo lo que sucede contribuye al bien de los que le siguen. Nadie nos puede enseñar con filosofías nuevas fundadas en el saber de los hombres, en los elementos del mundo. En Cristo está toda la plenitud. (Col.2,8-10; 1,13-20).

Hoy fiesta del Corpus, fiesta de la Eucaristía, creída, amada, adorada. Hoy deben resonar en nuestros oídos las palabras de Marta, María al Señor: “ Si tú hubieras estado aquí nuestro hermano no habría muerto”- Nuestro corazón humano tiene la necesidad de la presencia cercana de Cristo. La Iglesia, la esposa del Señor, nos regala esta fiesta, nos regala diariamente el cuerpo y la Sangre del Señor. Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar…..



No hay comentarios:

Publicar un comentario