jueves, 26 de enero de 2023

 


MOSÉN SOL:

UNA CAUDAL DE LA GRACIA DE DIOS PARA EL BIEN DE LA IGLESIA

 



         Los santos, como nosotros, no solo son bautizados, sino también peregrinos. Hablar de algún Santo, Beato, Venerable o Siervo de Dios, es transitar en la historia por todo su peregrinar y estela de bien que la Iglesia reconoce públicamente.

 El peregrinar del santo le exige salir de algún lugar y hacer un  recorrido perfectamente señalado que garantice llegar a una meta perfectamente señalada por los designios de Dios.

            Mosén Sol, aspiró a la santidad con todas sus fuerzas. Y su vida trazó un camino que desembocaría en hechos concretos de su santificación: sus accione, sus encargos dados por Dios, su exigencia y sus obras.

            La santidad concebida por el Beato Mosén sol fue la expresión de su amistad perfecta entre el deseo inspirado por Dios y la ejecución de dicho deseo en acciones concretas.

 Sin equivocación podemos decir que todo el afán apostólico de Don Manuel, fue inspirado por Dios, aceptado por él y confiado en su divina asistencia. Así lo expresaba en sus momentos más acuciantes: “Solo cinco minutos delante de Jesús Sacramentado es fuente de claridad, sosiego y paz interior”

         Hablar de Mosén Sol, es reconocer el Amor a la Eucaristía,  al  sacerdocio y al cuidado y fomento de las vocaciones sacerdotales y laicales. Tres claves que definen su vida y obra al servicio de la Iglesia.

ü  Amor a la Eucaristía: Toda la vida  y  los intereses espirituales de Mosén Sol estaban centrados en Jesús –Eucaristía. Los intereses de Dios como le gustaba tanto definir estaban centrados en su amor (enamorado) en Cristo presente en la Eucaristía. La Eucaristía fuente, presencia de Cristo entre nosotros. Su amor a la Eucaristía, fue hecho testimonio en su corazón. Deseó ser siempre esa lámpara viva encendida en cada sagrario.

ü  Amor al sacerdocio: Lo afirmaba constantemente: El bien de la Iglesia será siempre recibido de un clero Santo. Con afirmada claridad y exigencia a la vida sacerdotal: “ El sacerdote no es un funcionario, sino un testigo de los misterios de Dios,,,(…) Si el sacerdote no proyecta llegar a ser santo, más vale que se haga carbonero”. El sacerdocio para Don Manuel supone la exigencia suprema de la perfección, es decir alcanzar la santidad. Exclamaba continuamente: ¡hay tanta falta de sacerdotes santos en el mundo! Los malos sobran por todas partes…

ü  Fomento de las vocaciones sacerdotales y laicales: Los operarios sabemos que providencial fue, para Don Manuel, el encuentro con el seminarista Ramón Valero.. allí vio claro su ideal: dar pan, amor ilusión y formación a los futuros sacerdotes. Fue un camino que le señalaba a Mosén Sol trabajar en la formación del clero. Lo cual lo cataloga como la llave de la cosecha.

 

Que mensaje nos daría hoy Mosén Sol:

1.      Que busquemos el Amor de Dios en la fuente de la Eucaristía

2.      Ser promotores vocacionales en nuestros ambientes y asistamos a las vocaciones con oración y manutención. Unos oran, otros colaboran, otros los forman.

3.      Cultivar la pida de piedad en la juventud  desde la primera escuela de espiritualidad que es la familia.

4.      Ocúpense que sus sacerdotes seamos santos. Ayúdenles alcanzar la santidad.

 

“No sabemos si estamos destinados a ser rio caudaloso, o si hemos de parecernos a la gota de rocío que envía Dios en el desierto a la planta desconocida. Pero, más brillante o más humilde nuestra obligación es cierta no estamos destinados a salvarnos solos”.