miércoles, 22 de junio de 2011

FESTIVIDAD DEL CORPUS





LA FESTIVIDAD DE CORPUS:
 UNA OCASIÓN PARA RENOVAR LA CARIDAD




Pbro. Angel Yván Rodríguez
  
            El origen de esta fiesta obedeció al  propósito de festejar la presencia de Cristo en la Eucaristía; mantener vivo el recuerdo  del Jueves Santo; sentir  cercano el deseo de Cristo en la Ultima Cena: “haced esto en memoria mía”. Hoy vuelve  la Iglesia a recordarnos lo que significa el misterio de Cristo con nosotros;  quiere que volvamos de nuevo los ojos hacia ese misterio inexplicable del Cuerpo de Cristo; le cantemos gozosos, le demos gracias de las más diversas maneras.            Pero, Cristo no se quedó sólo bajo la forma de pan y vino, sino que se quedó en los hombres que necesitan unos de otros-.
            Hoy debemos encontrarnos con Cristo en la Eucaristía, en la plegaria, en el canto agradecido. Debemos encontrarnos también con Cristo en los que sufren, en los que no tienen o en los que no saben. Encontrarnos con Cristo en los que son débiles, en los que no valen para nada,- según nuestra sociedad-, en los desposeídos y marginados; en los que esperan sin esperanza; en los que están sentados al borde del camino esperando que alguien abra sus ojos y sus oídos. Encontrarnos con Cristo en los enfermos a los que nadie visita, en los niños de ojos tristes, en los “otros”  con los que nos encontramos “enojados”.
            No podemos hoy cantar a Cristo en su magnífica custodia procesional, si no somos capaces de adorarlo en aquellos hombres en los que, inevitable es decirlo, cuesta mucho encontrarlo. Y él quiso que lo buscáramos en esos hermanos, porque en ellos escondió sus rasgos en una especie de reto lanzado desde siempre a nuestra ingratitud, a la sinceridad de nuestro cristianismo.
            Que las frases que siguen nos hagan reflexionar de verdad sobre el cómo  queremos celebrar esta fiesta del Señor Jesús:
            “Cuando los ricos no llevan a la misa lo que los pobres necesitan, no celebran el sacrificio del Señor”. (San Cipriano).
            “Es un homicidio negar a un hombre el salario que le es necesario para su vida”. (San Ambrosio).
            “Ser cristiano y ver afligido a tu hermano, sin llorar con él, ni sentirte enfermo con él, es ser cristiano en pintura, es ser peor que las bestias”. (San Vicente de Paul).
            “No es cristiano, ni siquiera humano que, en tiempos difíciles de crisis económica, se mantenga un ritmo de vida de ostentación, de lujo, de consumismo, que constituye una ofensa para todas las familias”. (Beato Juan Pablo II).
            “Nuestras horas de adoración serán horas especiales y de intercesión por las necesidades del mundo entero, exponiendo los pecados y los dolores de la humanidad sufriente a los rayos que Jesús, sustentado y transformado, irradia desde la Eucaristía”. (Beata Madre Teresa de Calcuta).
            “Cuándo miras al crucifijo, comprendes cuánto te amó Jesús. Cuando miras la Eucaristía, comprendes cuánto te ama hoy”. (Beata Madre Teresa de Calcuta).

            Que esta gran festividad Eucarística nos ayude a mantener vivo el secreto de nuestra propia santidad, que reside en la fuerza del amor al prójimo y que es reflejo del poder y la acción de la Eucaristía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario