viernes, 1 de marzo de 2024

 

¿Qué significa rezar: “padre nuestro”?



 

– Descubrimos “en germen” las grandes realidades del Cristianismo: La Paternidad de Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, el reino, la gracia, nuestra filiación divina, la fraternidad, el perdón…

 – Experimentamos de alguna manera la presencia del Padre que nos ama, y nos estremecernos al saber que es el mismo Padre que está en los cielos, el Dios trascendente y soberano, el que nos ha incorporado por puro amor y gracia a su familia…

– Sentimos en el alma la presencia de Jesús, el Hijo de Dios, gracias al cual somos hijos de Dios en Él, con Él y por medio de Él.

– Percibimos de algún modo la acción del Espíritu Santo, que “nos hace exclamar: ¡abba, Padre!” (Rm 8,15) y nos guía hacia la Casa del Padre.

 – Nos sentimos vinculados a la familia de los hijos de Dios, compartiendo y haciendo nuestras las alegrías y las penas, las esperanzas y sufrimientos de todos para aliviarlos y liberarlos de todo lo que los hace sufrir.

 – Descubrimos la dignidad de ser hijos del Padre, la responsabilidad de vivir nuestra filiación divina y la misión de construir la fraternidad en el mundo. –

 Nos sentimos vacilantes como un niño, al pronunciar “abba” y, al mismo tiempo, seguros porque este abba nos quiere, nos ha tomado de la mano y podemos apoyarnos en Él.

 – Sentimos la certeza ante la duda, la fe ante la incertidumbre, la alegría consoladora de la Resurrección ante la amenaza sombría de la muerte.

 – Pedimos perdón de nuestros pecados al Padre que nos ama y nos perdona, y nos comprometemos a perdonar y construir un mundo reconciliado, fraterno, agradable y humano, en el que desaparezcan para siempre las guerras, la violencia…

¡Que no la recemos por mera costumbre! ¡Qué oremos siempre con confianza y gozo!


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