domingo, 29 de diciembre de 2019




CONTEMPLAR LA TERNURA DE DIOS.

Pbro. Ángel Yván  Rodíguez Pineda


Apreciados Fieles de la comunidad:
            La vigilia de hoy nos prepara para vivir intensamente el misterio que esta noche la liturgia de la Iglesia católica nos invita a contemplar con ojos de fe.  Fijemos muestra mira en el misterio del pesebre y reavivemos aquel glorioso momento en el que nació nuestro Salvador. Y al contemplarlo ¿Que observamos?...
            “El pesebre está rodeado de silencio. El rostro de la Virgen Madre es completamente expresivo que dispensa palabras para trasmitir que acaba de dar a luz a quien cambiara la historia. El padre no dice nada, asombrado está pues de la decisión de Dios de haberlo elegido para cuidar al Rey de Reyes. Los pastores están todavía tratando de entender por qué el Ángel había hecho un anuncio importante a la nada de ellos. Y fijemos la mira al centro de todo..Encontramos a un niño, a un ser dependiente, inocente que encarna nada más y nada menos al Salvador a la humanidad”
            Algunos aspectos nos podrían ayudar a dar vida a lo contemplado y así acercarnos más a la bondad de Dios hecho carne,  les quisiera compartir solo algunos que nos ayuden espiritual y humanamente a que esta noche no sea una noche más, si no una autentica Noche Buena de Navidad:
1.      Podemos imaginar con cuánta preparación interior, con cuanto amor esperó María aquella hora: Hoy con certeza reafirmamos la grandeza humana y espiritual de María, la elegida de Dios, el primer sagrario donde se posó la grandeza de Dios y se hizo carne. Grande fue el corazón para esperar contra toda esperanza. Mujer libre de prejuicios y falsos obstáculos. En la Virgen esta el modelo creyente, cierto y autentico de una Fe inquebrantable ante la adversidad. Para el que cree con fe encarnada nada es imposible. Fortaleza interior para hacer vida el Amor de Dios.  María mujer de Fe encarnada; Ayúdanos Virgen Madre a saber esperar los grandes momentos de nuestra salvación.

2.      Grande el Corazón de San José y varón de hermosas virtudes concedidas por Dios a un corazón humilde: Quiso Dios fiarse en la humildad de un carpintero para escogerle como padre putativo de su Hijo. Mucho sabia Dios del hombre escogido. Hombre de probada virtud y de fe inquebrantable ante la prueba. Su mirada y su silencio son gesto de asombro y a la vez admiración por lo que contemplan sus ojos en la persona del Dios encarnado. Su silencio en una acción de gracias por la mucha asistencia de Dios, del eco encarnado pronunciado por el Ángel: “ José no temas, porque el niño que lleva María en su vientre es el Hijo de Dios”. Certeza única del corazón abandonado en la acción de Dios, fortaleza en Dios para disipar las dudas que la vida ofrece. Solo en un corazón confiado en Dios se cumple su obra. “ Ayúdanos San José para superar nuestros miedos cuando la fe se nos debilita”

3.      Contemplemos con gozo a Dios Niño, hecho Hombre: En la inocencia de un recién nacido en un pesebre se manifiesta nuestra salvación.   Ya Dios no está lejos. No es desconocido. No es inalcanzable a nuestro corazón. Se ha hecho niño por nosotros y así ha disipado toda ambigüedad. Dios no solo tomó aspecto humano, si no que se encarno.. siente y vive con los sentimientos humanos, comprende nuestra vida y sus distintos momentos de la historia. Para Él ningún sentimiento humano es lejano, ningún hombre es extranjero, es su presencia en medio del nosotros el que nos hace sentir en casa, en su presencia. Nos observa a todos como sus hijos amados. Hoy su Amor nos manifiesta que su gran Amor no excluye a nadie. 

Al contemplar el misterio central de la Natividad, comprendemos que Jesús ha venido para cada uno de nosotros y en él nos ha hecho hermanos. De ésta razón esencial del misterio de la navidad  se deriva el compromiso de superar las diferencias y los recelos, los prejuicios e indiferencias, derribar las barreras, eliminar las contraposiciones que nos dividen. Que reine la paz, la concordia y la justicia para cada uno de nosotros, para cada familia, para cada anciano y sobre todo en el corazón ilusionado del joven y la inocencia de los niños. Que su Amor en esta noche se manifieste en el que más necesita de su Amor, en el más solo y abandonado, y en más olvidado, en el que sufre a causa de la injusticia, el que ha emigrado y lucha por un mejor porvenir. Que su presencia cubra con el don de la paz y asistencia a toda la humanidad. Que hoy nos sintamos renovados en el Amor de Dios. Que esta noche al reunirnos en torno al pesebre y desearnos una Feliz Navidad sea al menos un momento espiritual, en el cual  evidenciemos un autentico encuentro del Dios con nosotros. Ya no es un Dios lejano. Que el Amor de Dios entre y renueve nuestros corazones. Que hoy El Dios con nosotros   reconstruya el corazón de cada uno y establezcamos profundos vínculos de paz y reconciliación.

Oración Comunitaria

Dios Padre Bueno, te damos gracias por tu bondad, pero también te pedimos; Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu verdad, de tu amor;  el reino de justicia, de amor y de paz.

FELIZ NAVIDAD.



 ADORACIÓN DE LA IMAGEN DEL NIÑO JESÚS

  1. MONICIÓN AL PRESENTAR LA IMAGEN: 
Hoy  día de Nochebuena, tenemos en medio de nosotros la imagen del niño Dios, centro de nuestra celebración y gozo espiritual. Vamos a encender estos cirios, los cuales nos harán pensar en su presencia de claridad en medio de nosotros y a la vez darle gracias  a Dios por habernos enviado a su Hijo Jesucristo.
  1. Preces comunitarias de acción de gracias:
-          Gracias Padre, que nos amaste que nos diste el regalo de tu hijo Jesús…  Señor, te damos gracias.
-          Gracias Padre por haberte hecho niño para salvarnos…Señor, te damos gracias.
-          Gracias Jesús, por haber traído al mundo el amor de Dios.. Señor, te damos gracias.
-          Gracias Jesús, por enseñarnos que el Amor de Dios no excluye a nadie y enseñarnos a amarnos los unos a los otros.  Señor, te damos gracias.
-          Gracias Virgen Madre, por haber aceptado ser la Madre de Jesús.. María, te damos gracias.
-          Gracias San José,  por cuidar de Jesús y María…San José , te damos gracias.
  1. ORACION COMUNITARIA:
Unidos como comunidad eclesial y agradecidos por la bondad de Dios unamos nuestras manos y recemos juntos con fe viva la oración que Cristo nos enseño:  Padrenuestro…..
Y agradecidos con María, Virgen y Madre de Jesús digamos: Dios te Salve Maria…….
Y esperanzados en una única fe y esperanza viva, alabemos la gloria de Dios… Gloria al  Padre……
  1. Oración Final: Gracias Padre por esta noche de Paz, noche de Amor, que Tú nos has dado  a tu Hijo, te pedimos nos bendigas y habites en nuestros corazones. Calca tu vida y tu ejemplo en nuestras vidas. Y danos tu bondad para seguir con alegría amándote y sirviéndote.
Que viva el Niño Jesús…. ¡Que viva ¡
Que Reine su Amor entre nosotros… ¡Que reine¡
Que su Amor sea encarnado en nuestros prójimos… ¡Que así sea¡






viernes, 22 de noviembre de 2019


FIESTA DE CRISTO REY DEL UNIVERSO
Pbro. Ángel Yvan Rodriguez Pineda



1.      Un poco de historia:
La fiesta de Cristo Rey fu instituida por el Papa Pio XI el 11 de Marzo de 1925 y su sentido litúrgico es motivar a los católicos a reconocer públicamente el poder de Cristo en la Iglesia y la sociedad civil.  Con dicha fiesta cerramos también el año litúrgico bajo la significación de Cristo como centro toda la historia universal. Es el alfa y el omega, el principio y fin.  Cristo reina entre la personas con su mensaje de amor, justicia, paz y servicio. El Reinado de Cristo es eterno y universal, es decir, para siempre y para todos los hombres.
2.      Lo litúrgico de la solemnidad:
Hoy es el último domingo del año litúrgico ya que el próximo domingo iniciaremos el tiempo del adviento, que nos pondrá en camino hacia la Navidad. Prepararemos dignamente  nuestro corazón y nuestras vidas en el mejor pesebre que Cristo desea renacer en nuevas actitudes. No hay navidad si no ratificamos la fuerza invencible de la esperanza cristiana. Esperanza que nunca pasa... la esperanza del Dios hecho carne y comprende nuestra alegría y sufrimientos.
3.      Qué nos enseña hoy su Palabra:
Nos relata la enseñanza  de un Cristo que en el dolor de la cruz ratifica su poder. Los ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, uno le ofendía y otro le demostró toda su fe en Jesús. El primero le decía: “Si tu eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros” (Lc 23,39)… Cualquiera hubiera creído en un Cristo poderoso, rico y reinante; pero no cualquiera hubiera creído en el Cristo, humillado, triturado a punto de morir. ¡ Que fue lo que movió al ladrón arrepentido a creer en Jesús en esas circunstancias?, ¡qué fue lo que le llevo a suplicarle: “ Señor , cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí?. Seguramente este ladrón había escuchado la doctrina del amor y la misericordia de  que Jesús predicaba y del Reino que Él anunciaba. Seguramente él vio la congruencia del anuncio del amor y de su amor llevado al extremo, Poe eso cuando Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,43) debe haber quedado colmado de la alegría de esperar el Reino. Él se había encontrado a si mismo, culpable y merecedor del castigo que recibía , y había reconocido a Jesús como INOCENTE con mayúscula, es decir con la inocencia que solo podía tener Dios encarnado,, ¿Y nosotros a quien le creemos?. Ojalá que aprendamos a creer en los pobres, los enfermos, los emigrantes. Este evangelio nos presenta las distintas actitudes que circundan la cruz de Cristo y los valores de su reinado.
La festividad de hoy es un llamado a una toma de conciencia de todo bautizado que toda función de autoridad está dada por Dios para dedicarnos a salvar a los demás. Nunca nos olvidemos que hemos sido elegidos por Dios con u solo propósito… ser puente de salvación para los hermanos.
4.      La Iglesia es signo e instrumento del Reino de Dios:
La misión de la Iglesia es Evangelizar. Gracias a la pluralidad de los dones y carismas que ofrece el Espíritu Santo todos cabemos e la vida pastoral de la Iglesia y tenemos una vocación y acción específica a través del apostolado que realizamos. No todos servimos para todo, pero si todos servimos para algo en la vida de la Iglesia. Cada uno estamos llamados a ser signo del Reino de Dios. ¿Cómo serlo?...
-          Cada vez que siembras perdón y misericordia….
-          Cada vez que tiendes tus manos en la acción apostólica en medio de la comunidad..
-          Cada vez que asumes tu apostolado con pasión y ardor de Cristo..,
-          Cada vez que promueves la paz y la concordia…
-          Cada vez que encarnas los valores del amor, la justicia y la paz…
-          Cada vez que suscitas esperanza viva en tus ambientes…
El compromiso apostólico que consiste en llevar nuestro amor a la acción de extender el Reino de Cristo a todas las almas mediante obras concretas de apostolado

5.      Cristo quiere Reinar en el mundo a través de nosotros:
 El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros.
 Es una verdad muy consoladora saber que Cristo quiere reinar en el corazón de todos nosotros…abramos el corazón a Cristo Rey.. el quiere reinar … y pidamos juntos:
-          Que reine Cristo como Rey del Universo…. ¡Que Reine!...
-          Que reine su paz y amor en el mundo….¡ Que Reine!
-          Que reine su verdad, justicia… ¿Qué  Reine!
-          Que viva Cristo Rey…..! Que Viva!
Que el Amor y intercesión de la Santísima Virgen María, madre del Rey del Universo nos ampare y acompañe siempre. Amen…..
ORACIÓN A CRISTO REY

            Salve Rey de los cielos y la tierra, Cristo Jesús, cariñoso Pastor.     Oye la voz Amorosa y ferviente de tu Iglesia, danos la gracia de servirte  en nuestros oficios y apostolados, suscita  vocaciones de entrega y servicios en nuestra comunidad con el fin  de extender  su Reino entre nosotros.   Amén.






sábado, 12 de octubre de 2019


OREMOS CON FE POR LA PAZ Y LIBERTAD DE NUESTRA PATRIA

Pbro. Ángel Yvan Rodriguez Pineda




En comunión con nuestros obispos Venezolanos y en comunión con la Iglesia que hace vida en nuestra patria, retomo las palabras claras y precisas que nos ofrecieron en su documento final el 12 de julio de 2017:  La gente se siente golpeada por el hambre, la falta de garantías de salud y la inseguridad en todos los sentidos, hoy somos testigos como la violencia ha adquirido un carácter estructural en nuestro país… sus expresiones: la represión irracional de todo derecho fundamental a favor de la vida, homicidios y crímenes de inocentes y numerosas detenciones por parte del gobierno a los que se atreven a disentir de un régimen dictador y totalitario..Se vive hoy la tortura y el maltrato...Existe un menosprecio a la dignidad humana”
Ante esta grave situación que todos los venezolanos hoy vivimos surge a cada instante un anhelo de paz, concordia, reconciliación y reconstrucción democrática. Pero a su vez nos surge como el salmista una inquietud:  ¿ Dé donde nos vendrá el auxilio? (Sal. 121, 1).. Encontrando desde nuestra Fe la respuesta misma del salmista: “El auxilio nos viene del Señor que hizo el cielo y la tierra” (Sal.121,2) y al mismo tiempo nos resuenan las palabra del evangelio: Para Dios no hay nada imposible”. ( Lc. 1,37).  Tengamos en claro que la paz y la libertad no es algo que pueda conseguirse solo con esfuerzos humanos, aunque estos son imprescindibles, sino que además depende de Dios porque la paz en un don de Él y la oración es el camino para que nos la conceda. He aquí, la razón que nos reúne como comunidad de fe...orar por la paz y libertad de nuestra nación. Recordemos las palabras proféticas de San Juan Pablo II: “Como discípulos de Jesucristo tenemos la obligación especial de trabajar para llevar al mundo la paz” (…) “No tengamos miedo... La fe nos enseña que la paz es un don de Jesucristo, un don que debe expresarse en la plegaria hacia Aquel que tiene en sus manos los destinos de los pueblos” (Juan Pablo II. Jornada por la paz. Asis 27/10/1986). Bajo esta razón nos reúne hoy el Señor, orar sin desfallecer y poner nuestra confianza el Señor. Sabemos por experiencia de fe personal y comunitaria que cuando se Ora con Fe algo sucede…
El habernos reunido hoy a orar juntos demuestra una verdad de comunión y confianza en Dios. Dios nuestra fuerza, Dios nuestra confianza, Dios nuestra autentica esperanza. Dios se alegra y se manifiesta cuando su Iglesia se reúne para bendecir, agradecer y presentar sus necesidades como pueblo. Cuando un pueblo ora con fe al Dios de la Misericordia sus oraciones son escuchadas.
Hoy es una ocasión propicia para redescubrir que nuestra única esperanza que reside en Dios,  que nuestra verdad certera es Dios y el es nuestro camino, verdad y vida. Redescubrir a Dios en medio de las tinieblas, nos da la certeza que no estamos solos, que Dios aun sigue presente desde el silencio de los distintos acontecimientos que claman su manifestación. Nunca olvidemos que la lógica de Dios es distinta a la lógica de los hombres.
Seguro estoy, y sé que muchos de ustedes al igual que yo, tememos la certeza que ante la mirada de Dios no se escapa el esfuerzo y la constancia, los sufrimientos y separaciones de muchas que han emigrado, de ancianos y jóvenes que mueren por falta de medicinas, la impotencia antes complicidades de la corrupción nacional y los crímenes perpetuados a tantos inocentes. Nada se escapa a la justicia y el juicio del justo juez… No perdamos nuestra confianza en el Señor de la libertad y el bien. Jesús nuestra fuerza, Jesús nuestra esperanza…Un pueblo que camina en fe nunca será vencido, un pueblo que se ampara en Dios encuentra su esperanza, un pueblo que camina en fe nunca tiene miedo sino que se convierte en voz de esperanza y denuncia ante el sufrimiento humano.
Que hoy como comunidad orante, nuestras intenciones lleguen al cielo en un solo clamor al Padre de la misericordia, por boca de Jesucristo bajo la acción del Espíritu Santo. Contemos con la oración intercesión de María de Coromoto que ampara toda la extensión de nuestra patria.
Finalicemos aclamando juntos en esta Eucaristía:
Señor en ti nuestra Confianza…
Señor en ti nuestra Fortaleza…...
Señor en ti nuestro presente y nuestro futuro.  Asísténos Señor hoy siempre. Amen

viernes, 21 de junio de 2019


EL CORAZÓN DE JESÚS EN NUESTRA
VENEZUELA
Pbro. Angel Yvan Rodríguez P.


            Posiblemente haya alguno que piense que reflexionar sobre el corazón de Jesús en medio de la situación de conflicto y de carestía que estamos atravesando sea algo trasnochado, obsoleto o cursi; ligado a formas de piedad pertenecientes al pasado. Lo cierto es que Venezuela en el año 1900 fue uno de los primeros dieciséis países consagrados a esta advocación.
            Corazón es una palabra primordial en nuestra cultura. La palabra nos remite a lo profundo y vital de nuestra esencia y existencia. Muchas veces nos referimos a la realidad que vivimos sosteniendo que el corazón “se nos parte”, “se hiela”, “se ensancha”, “se encoge”, o nos referimos a una persona como aquel que “no tiene corazón”. Ante la crisis que estamos atravesando, muchos no ven salida. Por esta razón reflexionar hoy en torno al corazón tiene vigencia. Es la literatura la que nos recuerda aquella ya famosa y extendida frase del capítulo veinticinco de El Principito: “Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Para muchos los ojos sólo muestran el conflicto y la violencia. Por ello la urgencia de ver con otros ojos.
            Pero todavía todo esto nos podría sonar idílico. El teólogo jesuita Karl Rahner, hace algunas décadas atrás, retomaba en consideración el culto al corazón de Jesús. En su reflexión consideraba tres aspectos fundamentales de la advocación al corazón de Jesús. Según su criterio, esta advocación nos llama a la interiorización, a una fe intensa en el amor de Dios y a la reparación de este corazón injustamente afrentado.
            Regreso al espacio interior
            Hoy es imperativo volver a nuestro espacio interior. El espacio profundamente deteriorado por el odio y la inhumanidad promovida adrede. Sólo un regreso al interior puede permitir conectar con los valores e ideales que genuina y libremente mueven nuestra vida. Nuestra vida individual y comunitaria como grupo social. No se puede ser indiferente frente a la realidad y refugiarse en el ghetto egoísta de la tranquilidad mezquina. Al referirnos a la palabra corazón siempre nos referimos a una interioridad que tiene una referencia a algo o alguien. Nuestro corazón nunca está totalmente volcado en nosotros mismos. En tal sentido, la advocación al corazón nos lleva a lo más profundo y genuino de nosotros. Aquel espacio que tenemos que salvaguardar de la inhumanidad descorazonada que pretende imponerse como el criterio total y dominante.
            Pero también es cierto que hoy a la comunidad creyente le es urgente una fe intensa en el amor de Dios. El discurso imperante ha pretendido convertirnos en unos lobos contra otros lobos. La lógica reinante nos lleva a percibir a todo aquel que nos adversa como nuestro enemigo. Que como tal debe ser reducido y eliminado. El Sagrado Corazón, desde el principio, representó la humanidad y la cercanía de Dios a lo creado y a lo humano. El eje del cristianismo consiste fundamentalmente en que “Dios nos amó con corazón humano”. Dios nos amó con y desde el corazón de Jesús. De esta forma venció el mal. Quien vive desde este amor entiende y vive según su lógica.
            Por último, hablamos de reparación.
             Una palabra extraña para nuestros oídos modernos. Pero que hoy parece más urgente que nunca en nuestra realidad tan fragmentada. Vivir desde el amor y desde el corazón no puede dejarme indiferente ante el dolor en los corazones quebrados de nuestra historia. Implica amar a los demás como somos amados por Dios. De esta forma, el corazón se transforma en el centro que nos libera de toda esclavitud y opresión.

jueves, 2 de mayo de 2019


SAN JOSE EN LOS EVANGELIOS



Pbro. Ángel Yvan Rodríguez Pineda
San José, era un hombre justo:
"José, el esposo de María, era un hombre justo" (Mateo 1,19)
Esto significa que San José era un hombre noble, bueno. Cuando se enteró de que María estaba embarazada, quiso abandonarla en los secreto, para que no sufriera así el castigo de ser lapidada hasta la muerte.
A San José, le importaba mucho María, la amaba y no quería exponerla al escarnio público o la muerte.
San José, hombre firme en la fe
En el mismo Evangelio de Mateo (1,20-25) nos dice que José era un hombre fuerte en la fe y confiado a la voluntad de Dios.
Cuando el ángel se le apareció en un sueño y le contó de quién era el hijo que estaba esperando María, San José no opuso ninguna resistencia, de inmediato recibió a María por esposa y la protegió.
Eso demuestra la fe incuestionable de San José y la confianza plena que tenía en Dios.
San José, hombre cumplidor de la ley
San José era un hombre que guardó la ley. Tuvo que hacer un largo viaje difícil de Belén con su esposa embarazada con el fin de registrar su nombre, una solicitud formulada por las autoridades gubernamentales (Lucas 2,4)
También, San José obedeció la ley de la iglesia cuando tomó a María y a Jesús y lo fueron a presentar al Templo (Lucas 2,22 - Lucas 2,41) como estaba previsto en la ley de Moisés
San José, hombre confiado
El Evangelio de Lucas (2,7) nos narra que, cuando estaban como familia haciendo su peregrinación hacia Belén, ellos no encontraron dónde alojarse, por lo que tuvieron que aceptar quedarse en un pesebre lleno de animales para ver nacer al niño Jesús.
Eso demuestra que eran personas humildes, sin amigos influyentes. Esto demuestra la total confianza de José en Dios antes de emprender este viaje.
Sin embargo, San José allí sería recompensado recibiendo a reyes y pastores que anunciaban haber visto ángeles en el cielo.
San José, hombre protector
Los retos de San José en la vida no terminaron. En el Evangelio de Mateo (2,13-14) nos dice que tuvo que llevar a su familia y huye a Egipto como refugiados, con el fin de proteger a su hijo y a María.
Más adelante (2,19-20) el ángel le pide a San José que regrese a Israel. Estas las lecturas de la Biblia muestran una confianza total de San José en la voluntad de Dios para él y su familia. Además, San José estaba siempre dispuesto a proteger a su familia.
San José, padre de presencia
Esto se demuestra en la Biblia, donde la gente de Nazaret dicen:
"¿No es éste el hijo de José?" (Lucas 4,22)
De nuevo a San José se le conoce como el padre de Jesús; un padre que era bien conocido en la ciudad, con presencia
San José era un hombre que puso toda su confianza en Dios, e hizo lo que tenía que hacer para cuidar de su familia.
¿Por qué celebramos a San José como Obrero?
La fiesta de San José Obrero fue establecida en el calendario el día primero de mayo por el Papa Pío XII en 1955 con el fin de cristianizar el concepto de trabajo y dar a todos los trabajadores un modelo y un protector.
El Papa Pío XII expresó la esperanza de que esta fiesta acentuaría la dignidad del trabajo y traería una dimensión espiritual a todos los trabajadores que incansablemente dedicaban su tiempo y esfuerzo a llevar el sustento a sus hogares.
En verdad, era realmente necesario que San José, un hombre justo y trabajador, protector, fiel, cumplidor, que además se convirtió en el padre adoptivo de Jesús y es patrono de la Iglesia universal, sea honrado en este día como el Santo Patrono de todos los trabajadores.
Oración a San José Obrero
Glorioso San José, modelo de todos los trabajadores, te ruego que me alcances la gracia de trabajar con conciencia, anteponiendo la llamada de mis deberes por encima de mis faltas.
Quiero trabajar con alegría, teniendo en cuenta que, por medio del trabajo, usaré los dones que en su bondad Dios me ha regalado, para trabajar con orden, prudencia y mucha paciencia.
Que nunca me rinda ante el cansancio o las dificultades. Que pueda soportar las cargas y responsabilidades con la fuerza la cruz.

Quiero que mi esfuerzo en el trabajo sea realizado, sobre todo, con pureza de intención y con desprendimiento, concientizándome de que la muerte me espera en algún momento y deberé rendir cuenta del tiempo perdido, de los talentos desperdiciados, de las cosas buenas que omití hacer.
Oh patriarca San José, junto con María no te olvides de presentar mis obras a Jesús y condúceme siempre para que éstas siempre le sean agradable a Él, al Padre y al Espíritu Santo.
Amén.




viernes, 15 de marzo de 2019



LA NECESIDAD DE ARREPENTIRSE
"¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!" (Mt 4,17).

Pbro. Angel Yvan Rodriguez



“El Señor ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón”. (Lucas 1, 50-51)
Si mirando al cielo, abandonamos la soberbia y somos capaces de decir: “Siento una gran pena por haber hecho algunas cosas malas, y por haber dejado de hacer algunas cosas buenas; no dejo se arrepentirme de todos mis pecados y mis faltas, desde las más insignificantes y por supuesto, las más grandes; hace mucho que deseo cumplir el compromiso de no hacer algo que ofenda al hombre, porque todo lo que es faltar a los hombres, también es faltar a Dios; hace tiempo que he querido cambiar, y para esto, es necesario mi arrepentimiento y de corazón, estoy muy arrepentido y siento dolor en el alma, por haber pecado”, estamos confiando en la misericordia divina, con la confianza de Jesús, que le dijo al paralitico; “Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados” (Lucas 5,20)
El hijo que regresa arrepentido, parábola del hijo prodigo; “Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti” (Lucas 15,18), es una gran ejemplo de la confianza en la misericordia del Padre. El arrepentirse requiere transformación y exige un cambio de actitud, además es una experiencia necesaria para llegar a conocer a Jesucristo, en otras palabras quien no se arrepiente, por mucho que intente conocerle, no lo podrá conocer ni podrá ir al Reino de los Cielos. Jesús dijo "¡Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado.  (Mateo 4,17).
El no arrepentirse, es vivir esclavizado en la mentira, y ser esclavo es carecer de libertad, y Dios nos quiere libres y para ser libre, debemos ser consecuentes con la Palabra del Señor, que;  “decía pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: Si se mantienen en mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad y la verdad les hará libres”.  (Juan 8, 31-32). Jesús, nos otorga la gracia de liberarnos de la esclavitud del pecado, para eso debemos comenzar por el arrepentimiento, es así como Jesús respondió a los judíos: “En verdad, en verdad les digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Sí, pues, el Hijo les da la libertad, serán realmente libres”. (Juan 8, 34-36) Es así, como el arrepentimiento es el camino hacia la libertad. Es Palabra del Señor.
El amor al arrepentimiento, es el odio al pecado, este tipo de odio, es un sentimiento de rechazo y antipatía que nos podemos permitir. El arrepentimiento es el primer paso al camino con el encuentro con el Señor. El arrepentimiento es reconciliarse con Dios, es desear vivir para Dios.
Reflexionando sobre el abatimiento que produce vivir en pecado, me hace tener la convicción plena que todo el mundo necesita arrepentirse, ¿alguien se siente libre de culpas?, frente a esta pregunta que hizo el Señor, todos se retiraron y nadie fue capaz de condenar. (Cfr. Juan 8-3-10). Pero para reconocerse creyente, para ser honesto con Dios, debemos reconocernos como pecadores, y si decimos que no tenemos pecado ¿hasta qué punto estamos diciendo la verdad?. La sentencia del Evangelista San Juan, nos interpela duramente: “Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros”. (1 Juan 1, 8) Confesar nuestras faltas, es buscar la amistad de Jesús, y es querer limpiarnos de nuestras impurezas: “Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia”. (1 Juan 1, 9). Por otra parte, no se puede predicar el Evangelio y vivir distinto a él, quien lo haga, finge cualidades, ideas o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene. Lo peor, es que no estamos siendo consecuentes con su Palabra: “Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros”. (1 Juan 1, 10). Es decir,  su Palabra no habita en nosotros, no conoce nuestro corazón.
Pero Jesús conoce bien los corazones arrepentidos de sus faltas. En cualquier etapa de nuestra vida que le mostremos a Jesús un corazón arrepentido, le daremos la oportunidad al Espíritu Santo para comenzar su obra, y nuestra vida comienza a cambiar.  El arrepentimiento es un cambio en la forma de pensar y ver las cosas, es un cambio en la mente y en el corazón.
Como cristianos, estamos llamados para dar testimonio de vida en nombre de Jesús. Pero nuestro testimonio debe incluir un estilo de vida que sea coherente entre lo que decimos y lo que hacemos, entre lo que predicamos y lo que practicamos, si no es así, tenemos un nombre para nosotros, el mismo que Jesús le dijo a los fariseos, “Hipócritas”.
Luego que Jesús completo su experiencia de los cuarenta días en el Desierto, Comenzó a predicar y a decir: "¡Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos ha llegado.  (Mateo 4,17). Es así como los Evangelios llevan implícito el arrepentimiento. Si Jesús nos pide esto, ¿Por qué nos debe avergonzar que sea necesario arrepentirnos? En efecto, si amamos los evangelios, entonces amamos arrepentirnos.
Juan Bautista, predicaba, “Den, pues, fruto digno de conversión”,  (Mateo 3,8), entonces el arrepentimiento del Evangelio verdadero, tiene que ser acompañado por sus frutos. Jesús nos dice “Por sus frutos los conocerán”. (Mateo 7,16), y así también luego nos agrega “Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.” (Mateo 7,17). En otras palabras, si confesamos creer en los Evangelios, no olvidemos que Jesús nos dice, esa misma sentencia que repetimos el miércoles de ceniza;  "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; conviértete y cree en el Evangelio”. (Marcos 1,15) Es así, como Jesús nos predica un evangelio que invita al arrepentimiento.
Dios nos quiere arrepentidos, porque él quiere que sus hijos se salven. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.  (1 Timoteo 2, 3-4). La misericordia de Dios es asombrosa y es para todos los hombres, sin discriminación. El mismo Pedro quedo sorprendido, así lo comenta; “Por tanto, si Dios les ha concedido el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poner obstáculos a Dios? Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: Así pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión (el arrepentimiento) que lleva a la vida.  (Hechos 11, 17-18)
Cuando el Señor nos pide el arrepentimiento, lo hace para salvarnos, para que podamos ser libres, para que glorifiquemos su nombre. El pecado tiene sus penas y el arrepentimiento sus alegrías. En efecto, el pecado es aflicción y dolor en el alma, el arrepentimiento es gozo. Pablo nos dice; “Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena. (2 Corintios 9, 7-8) y También Pablo expone a los Corintios: “Ahora me alegro. No por haberlos entristecido, sino porque aquella tristeza les movió al arrepentimiento. Pues ustedes se entristecieron según Dios, de manera que de nuestra parte no han sufrido perjuicio alguno. En efecto, la tristeza según Dios produce firme arrepentimiento para la salvación; (2 Corintios 7, 9-10) El Beneficio fue producido por el arrepentimiento, la salvación y liberación del mal. Con todo, Dios no quiere que sintamos pena y lástima por nuestra propia desgracia.  En lugar de eso quiere bendecirnos y recompensarnos cuando le respondemos por medio del arrepentimiento, si lo hacemos seremos liberados y entraremos en el gozo de nuestra salvación.
Dios Padre nos ama, Dios Hijo nos ama, por eso nos llama al arrepentimiento. Aceptemos este llamado del Señor, él sabe que luchamos para arrepentirnos, él nos ayudara con su gracia. El arrepentimiento es una decisión de que tenemos fe en la salvación que nos trajo Jesús, de confianza en la Misericordia de Dios. ¿El Beneficio de arrepentirse?, la vida eterna, el acceso al Reino de los Cielos.


lunes, 4 de marzo de 2019


LA CUARESMA Y LOS POLÍTICOS.
LAS TRES TENTACIONES DE JESÚS Y LAS TENTACIONES DE LOS POLÍTICOS

Pbro. Ángel Yvan Rodríguez Pineda



En las Lecturas de Cuaresma el Evangelio nos presenta tres tentaciones que enfrentó y superó Jesús. Eran tentaciones que querían desviarlo de su misión como Mesías al servicio del Pueblo. Y esas mismas tres tentaciones aunque las tenemos todas las personas de modo especial las enfrentan los políticos. ¿Podrán vencerlas?
1ª tentación: El provecho propio. Si eres Mesías, si eres dirigente, haz que estas piedras se conviertan en pan para saciar no el hambre del Pueblo, sino tu propia hambre. Es la tentación de usar su mesianismo en su propio provecho. No se busca en primer lugar la voluntad de Dios, el Amor y la Justicia, sino que en primer lugar se ven las necesidades personales del dirigente. Jesús multiplicó los panes, pero para el Pueblo y no para él mismo.
Y ¡Cuántos políticos usan su poder en beneficio propio! No ven las necesidades del Pueblo con hambre, sino que ellos que ya están hartos, acumulan más y más bienes, mejores y mejores salarios en dólares.
2ª tentación: El Prestigio. El tentador invita: Si eres el Mesías, tírate de lo alto del Templo. Muéstralo en obras llamativas, prodigiosas, de prestigio. Ese Mesías sería muy distinto del que nos presenta Isaías y encarna Jesús, o sea sería muy distinto del Mesías Servidor Fiel y humilde que está dispuesto a dar la vida.
Pero ¡cuántos políticos lo que buscan es la fama, el prestigio, el renombre, el aparecer en las inauguraciones de los centros de lujo o lo que buscan es que por sus buenas y desinteresadas obras les llamen bienhechores!
3ª tentación: El Poder. Satán promete: te daré la riqueza y el poder sobre las naciones, si postrándose me adoras. La respuesta de Jesús es tajante: solamente al Señor adorarás. Y en la última cena Jesús lava los pies a los discípulos y nos dice que “El no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida en rescate. El que quiera ser el primero que se haga el último y el servidor de todos los demás”. Y Jesús nos advierte:” no sean como los reyes que oprimen al Pueblo y todavía quieren que les llamen Bienhechores”.
Estas 3 tentaciones son tentaciones de todo dirigente y quizá más de los dirigentes políticos: Usar su puesto, su cargo, su influencia en primer lugar en beneficio propio, buscar la fama y el prestigio antes que el bien del Pueblo, y buscar y sacrificar todo para tener más riquezas y más poder. Y estas tentaciones ¿qué tan vigentes están hoy en Nicaragua? La Cuaresma y en especial la Semana Santa son un llamado de Jesús a convertirnos, a cambiar nuestros pasos y a no caer en la tentación. Y son también un llamado a no ser pasivos o indiferentes cuando los dirigentes sociales, religiosos o políticos caigan en esas tentaciones y opriman al Pueblo.
De caer en esas 3 tentaciones, Líbranos  Señor.

viernes, 25 de enero de 2019



SAN PABLO DE PERSEGUIDOR DE CRISTIANOS, A PERSEGUIDO

Pbro. Angel Yvan Rodríguez Pineda
   

            La  conversión de San Pablo, (Saulo de Tarso) es una de las más conmovedoras historias, dignas  de reflexión y de entusiasmarse con ella.
            Saulo era un perseguidor de los cristianos (Hechos 8,3). Pidió al sumo sacerdote para arrestar a los Cristianos y llevarlos presos a la cárcel (Hechos 9,1-2). Sin embargo, el Señor tenía otros planes para él. Al irse acercando a Damasco, la ciudad que tenía prevista para realizar sus arrestos, una luz que venía del cielo brilló de repente, a su alrededor.
(Hechos 9,4).         
     Es aquí donde Saulo tiene el primer encuentro personal con Jesús. Jesús al que tanto perseguía en los Cristianos, ahora se le presenta  y le habla (Hechos 8,5). Jesús mismo había dicho que todo lo que hagamos a cualquier persona a Él mismo se lo hacemos (Mateo 25,40). Saulo de Tarso ante el impacto quedó ciego (Hechos 9,8-9) hasta que un hermano cristiano vino e hizo que en el Nombre de Jesús recobrara la vista(Hechos 8,18).

             Qué importante lección: mientras estemos en el mundo sin Jesús todo estará en tinieblas para nosotros. Jesús es el que nos quita la venda.

                                                               .ORACIÓN DE SAN PABLO

¡ Oh glorioso San Pablo!,  Apóstol lleno de celo.
Mártir por Amor a Cristo, intercede para que obtengamos una fe profunda,
Una esperanza firme, un Amor ardiente al Señor, para que podamos decir contigo:
“No soy el que vive, sino Cristo quien vive en mi”
Ayúdanos a convertirnos en apóstoles que sirvan a la Iglesia con una conciencia pura,
Testigos de su verdad y de su belleza, en medio de la oscuridad de nuestro tiempo.
Alabamos junto contigo a Dios nuestro Padre, a Él la gloria, en la Iglesia y en
Cristo por los siglos de los siglos Amén.