sábado, 12 de octubre de 2019


OREMOS CON FE POR LA PAZ Y LIBERTAD DE NUESTRA PATRIA

Pbro. Ángel Yvan Rodriguez Pineda




En comunión con nuestros obispos Venezolanos y en comunión con la Iglesia que hace vida en nuestra patria, retomo las palabras claras y precisas que nos ofrecieron en su documento final el 12 de julio de 2017:  La gente se siente golpeada por el hambre, la falta de garantías de salud y la inseguridad en todos los sentidos, hoy somos testigos como la violencia ha adquirido un carácter estructural en nuestro país… sus expresiones: la represión irracional de todo derecho fundamental a favor de la vida, homicidios y crímenes de inocentes y numerosas detenciones por parte del gobierno a los que se atreven a disentir de un régimen dictador y totalitario..Se vive hoy la tortura y el maltrato...Existe un menosprecio a la dignidad humana”
Ante esta grave situación que todos los venezolanos hoy vivimos surge a cada instante un anhelo de paz, concordia, reconciliación y reconstrucción democrática. Pero a su vez nos surge como el salmista una inquietud:  ¿ Dé donde nos vendrá el auxilio? (Sal. 121, 1).. Encontrando desde nuestra Fe la respuesta misma del salmista: “El auxilio nos viene del Señor que hizo el cielo y la tierra” (Sal.121,2) y al mismo tiempo nos resuenan las palabra del evangelio: Para Dios no hay nada imposible”. ( Lc. 1,37).  Tengamos en claro que la paz y la libertad no es algo que pueda conseguirse solo con esfuerzos humanos, aunque estos son imprescindibles, sino que además depende de Dios porque la paz en un don de Él y la oración es el camino para que nos la conceda. He aquí, la razón que nos reúne como comunidad de fe...orar por la paz y libertad de nuestra nación. Recordemos las palabras proféticas de San Juan Pablo II: “Como discípulos de Jesucristo tenemos la obligación especial de trabajar para llevar al mundo la paz” (…) “No tengamos miedo... La fe nos enseña que la paz es un don de Jesucristo, un don que debe expresarse en la plegaria hacia Aquel que tiene en sus manos los destinos de los pueblos” (Juan Pablo II. Jornada por la paz. Asis 27/10/1986). Bajo esta razón nos reúne hoy el Señor, orar sin desfallecer y poner nuestra confianza el Señor. Sabemos por experiencia de fe personal y comunitaria que cuando se Ora con Fe algo sucede…
El habernos reunido hoy a orar juntos demuestra una verdad de comunión y confianza en Dios. Dios nuestra fuerza, Dios nuestra confianza, Dios nuestra autentica esperanza. Dios se alegra y se manifiesta cuando su Iglesia se reúne para bendecir, agradecer y presentar sus necesidades como pueblo. Cuando un pueblo ora con fe al Dios de la Misericordia sus oraciones son escuchadas.
Hoy es una ocasión propicia para redescubrir que nuestra única esperanza que reside en Dios,  que nuestra verdad certera es Dios y el es nuestro camino, verdad y vida. Redescubrir a Dios en medio de las tinieblas, nos da la certeza que no estamos solos, que Dios aun sigue presente desde el silencio de los distintos acontecimientos que claman su manifestación. Nunca olvidemos que la lógica de Dios es distinta a la lógica de los hombres.
Seguro estoy, y sé que muchos de ustedes al igual que yo, tememos la certeza que ante la mirada de Dios no se escapa el esfuerzo y la constancia, los sufrimientos y separaciones de muchas que han emigrado, de ancianos y jóvenes que mueren por falta de medicinas, la impotencia antes complicidades de la corrupción nacional y los crímenes perpetuados a tantos inocentes. Nada se escapa a la justicia y el juicio del justo juez… No perdamos nuestra confianza en el Señor de la libertad y el bien. Jesús nuestra fuerza, Jesús nuestra esperanza…Un pueblo que camina en fe nunca será vencido, un pueblo que se ampara en Dios encuentra su esperanza, un pueblo que camina en fe nunca tiene miedo sino que se convierte en voz de esperanza y denuncia ante el sufrimiento humano.
Que hoy como comunidad orante, nuestras intenciones lleguen al cielo en un solo clamor al Padre de la misericordia, por boca de Jesucristo bajo la acción del Espíritu Santo. Contemos con la oración intercesión de María de Coromoto que ampara toda la extensión de nuestra patria.
Finalicemos aclamando juntos en esta Eucaristía:
Señor en ti nuestra Confianza…
Señor en ti nuestra Fortaleza…...
Señor en ti nuestro presente y nuestro futuro.  Asísténos Señor hoy siempre. Amen

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