martes, 7 de agosto de 2018



CUIDADO CON CHARLIE,
 ES UN JUEGO PELIGROSO……

Pbro. Ángel Yvan Rodríguez Pineda



            SE HA VUELTO VIRAL

            Internet está  creando un nuevo lenguaje y le está dando otro sentido a nuestras viejas palabras; un ejemplo es el término  “viral “, que se refiere a una idea que se difunde ampliamente en los medios de comunicación, principalmente en las redes: Algo así como un virus que se propaga en una epidemia incontrolable.
            Uno de los fenómenos virales de este momento es un juego escolar llamado “Charlie, Charlie”. Se juega principalmente en los recreos, cuando los niños se reúnen para descansar y reponer sus fuerzas.
            Sobre una hoja en blanco dividida en cuatro, escriben en casa esquina, alternando las palabras “sí” y “no”, luego ponen sobre ella dos lápices en forma de cruz. El lápiz colocado encima queda en equilibrio sin que ninguno de sus extremos toque la hoja. En seguida, los participantes “invocan la presencia de “Charlie”, supuestamente un niño muerto trágicamente, al que le preguntan: “Charlie, Charlie”, ¿estás aquí?. Entonces, según los niños, el lápiz superior se mueve sin que nadie lo toque, y señala el sí o el no. Si señaló el sí, se abre  la puerta a una serie de preguntas que los niños esperan que le conteste con un sí o no indicados por el movimiento del lápiz. Al terminar el juego deberán despedirse de “Charlie” y agradecerse su participación, porque si no lo hacen, el fantasma de “Charlie” no los deja en paz.

            NADA NUEVO BAJO EL SOL

            Estos niños, quizá sin saberlo, no hacen más que repetir un juego muy viejo que ya jugaban sus papas en la escuela, solo que en sus entonces se invocaba a una niña llamada “Cleo’  y se usaban unas tijeras y un listón. Sus abuelos jugaban con una medalla colgando de un hilo o de una cadenita a la que hacían oscilar sobre dos contestaciones clásicas y, desde el siglo XIX en que se puso de moda el espiritismo, se usa ese “juguete” llamado la cuija que hoy se puede adquirir en cualquier establecimiento comercial.
            Todos estos juegos son simplemente la misma manifestación del hombre hambriento por conocer el futuro y por conocer los secretos de esta vida y de la otra.

            FUNCIONA EL JUEGO

            ¡NO! Los supuestos movimientos provocados por los espíritus son ocasionados por la ley de la gravedad o por algo que se llama efecto ideomotor, es decir, que la persona que maneja el artefacto, consciente o inconscientemente, provoca físicamente el movimiento atribuido a los espíritus.
            Pero el problema no es si el método empleado para invocar al más allá es efectivo o no; el problema es que lo invoquemos. Invocar a los muertos se llama nigromancia, e invocar al demonio es satanismo. El primer mandamiento nos prohíbe esa invocación.

            APROVECHAR LA OPORTUNIDAD

            Sin exageraciones y sin perder de vista que para los niños no es más que un juego, es la oportunidad para explicarles, por una parte, que esas cosas son supersticiones, que tienen una explicación científica y lógica y que no se deben dejar engañar, y por otra parte hablarles de que Dios, es dueño del pasado, del futuro y del presente, que es un Padre amoroso, que tiene para nosotros el mejor de los futuros si sabemos actuar de acuerdo con su amor, y querer invocar a los espíritus o saber el futuro es algo contrario a la voluntad de Dios, somos nosotros, de manos de Dios lo únicos  dueños y protagonistas de nuestra historia y que no necesitamos adivinar qué es lo que nos espera.

            DOCTRINA DE LA IGLESIA CATOLICA

            El Catecismo de la Iglesia Católica  (2116) nos dice: “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (Cfr. Dt 18,10; Jr 29,8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso de “médiums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, del Amor generoso, que debemos solamente a Dios.    

              

No hay comentarios:

Publicar un comentario