"El
Beato José Gregorio esperanza de Dios, para nuestro pueblo"
Hoy a los 160 años del natalicio de nuestro Beato
José Gregorio Hernández, les invito a que fijemos nuestra reflexión en algunos
detalles significativos de su vida como ejemplo de entrega y servicio a Cristo
en el hermano necesitado.
Científico
y creyente
“Científico, se hizo franciscano; médico, se
hizo misionero; rico en talento, quiso ser hermano de los pobres; culto, dio
testimonio de Jesús no sólo con palabras, sino con su vida. Nuestro Beato, que
acogió al Señor con todo su ser, nos ayuda a entrar en el espíritu del
Adviento: nos recuerda que a Jesús hay que buscarlo con la vida y en medio de
la historia, de manera concreta, sin abstracciones”
Dios
nos salva asumiendo nuestra humanidad
El Señor Jesús cada día
de la historia, en la vida cotidiana, se manifiesta: "porque Dios no ha
querido salvarnos manteniéndose a distancia, sino asumiendo nuestra
humanidad", haciéndose uno de nosotros, haciéndose carne:
“Y
así como el Beato José Gregorio aprendió a amar a Cristo en la carne herida de
los enfermos y de los pobres, también nosotros estamos llamados a buscarlo y
amarlo en los demás, especialmente en los más necesitados, en los que no tienen
nada que darnos. El Señor nos pide que nos comprometamos de manera concreta,
entrando en el latido de la vida cotidiana, para impregnarla y transformarla
con la gracia que Él nos da”
Esperanza
ante la adversidad
“Nuestro Beato pasó por varias adversidades,
pero nunca se rindió. Frente a diversos problemas de salud y otras numerosas
dificultades, no se rindió: lo afrontó todo con un espíritu proactivo. Su confianza
no estaba en sí mismo y en las circunstancias de la vida, sino en Dios, que
nunca abandona, que cumple sus promesas, que no defrauda las expectativas”
El Beato José
Gregorio nos enseña a "no encerrarnos en nosotros mismos"
El Beato José Gregorio
nos enseña a no encerrarnos en nosotros mismos, sino a abrirnos a la esperanza
de Dios y a los demás,
"porque la caridad es la medicina del alma".
"Siguiendo
su ejemplo, aprendamos que un pobre, un vecino que sufre, una persona solitaria
que quiere un poco de compañía, alguien molesto a quien aguantar, puede ser el
camino para salir de nosotros mismos, para liberarnos de nuestras caras largas
y de mirar al suelo, para levantar la cabeza y emprender el camino del amor,
que es el camino del Cielo.
Oh, José Gregorio Hernández, médico de los pobres y santo intercesor, hoy acudimos a ti
con fe y esperanza para pedir tu ayuda y protección. Tú que conoces nuestras
necesidades, escucha nuestras peticiones y ruega por nosotros ante Dios. Te
pedimos que nos concedas la salud, el trabajo, la paz y la felicidad que tanto
anhelamos.
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